San Patricio, 17/3/1994

Querido padre Tomás:

¡Feliz día de San Patricio, patrono de Irlanda! Irlanda, país de donde han salido grandes misioneros que han evangelizado al mundo.

Fue un irlandés el que trajo la adoración perpetua a Filipinas. Hace nueve años, el Cardenal Sin fue invitado al Congreso Eucarístico Internacional de Kenya para ser el principal celebrante y predicador en una misa en honor de Edell Quinn. Ela fue una gran misionera laica que organizó la Legión de María en África. La misa fue celebrada sobre su tumba.

Después de la misa el Cardenal Sin invitó al P. Martín a que fuera a Filipinas para que difundiera la adoración perpetua y es así que hoy en día hay más de 500 capillas gracias a la labor de un misionero irlandés: el padre Martín.

El amor compasivo de Jesús

El Cardenal empezó su sermón, en aquel Congreso, diciendo que cuando era pequeño, su madre entraba a su cuarto antes de que se durmiera y le daba un beso. Después del beso, le susurraba en el oído: “Jaime, te quiero más que a todos los demás”. El Cardenal era uno de sus once hijos. Todas las noches su madre hacía lo mismo hasta que una noche él le preguntó: “Mamá, ¿por qué me quieres más que a todos los demás?”. Su respuesta fue: “Porque de todos mis hijos tú eres el más feíto”.

Esto nos parece gracioso, pero también nos habla del amor compasivo de Jesús en el Santísimo Sacramento. Esta compasión nos la demuestra un misionero que trabajaba en África, como capellán de una prisión. Un día recibió la orden de regresar a su país, y yo estaba con él durante su última visita a los reclusos que según la sociedad, son hombres miserables.

Concluida la visita a la prisión, juntos subimos al auto para volver a la parroquia. Puso la llave en el arranque, apoyó la cabeza sobre el volante y empezó a llorar al pensar que jamás volvería a ver a esos hombres.

Me pareció ver en él la imagen de Jesús. Él tampoco podía dejarnos, por eso instituyó el Santísimo Sacramento para quedarse con nosotros hasta el fin de los tiempos. Cuando más feos y más despreciables somos, su Corazón se muestra más tierno y compasivo hacia nosotros. Cuanto más malos nos sentimos, mayor es la alegría que le causamos al humillarnos y al visitarlo en el Santísimo Sacramento. Él que fue herido nos cura, pues vino no para los que están sanos, sino para los enfermos.

Una bebé enferma, en California, impulsó a sus padres a invitar al Padre Martín para establecer la adoración perpetua en su parroquia. Estos padres no podían separarse del lado de su recién nacida Catalina. Nacida prematuramente, era tan pequeña que los médicos dijeron que no podría sobrevivir.

Por ser tan chiquita, enferma e indefensa, sus padres sufrían por Catalina. Entonces pensaron que así debía sentirse Jesús en el Santísimo Sacramento por cada uno de nosotros. Si ellos sentían una profunda compasión por Catalina, cuánta mayor debe ser la compasión de Jesús en el Santísimo Sacramento por nuestra fragilidad y pecado.

Mediante la adoración perpetua, Él dispensa su amor sanador y su gracia directamente hacia nosotros.

Irlanda y la fe eucarística

Más de cien sacerdotes irlandeses establecieron la adoración perpetua en sus parroquias de los Estados Unidos.

Ntra. Señora de Knock

Los irlandeses prefieren la muerte antes de renegar de su fe. Esta profunda fe se caracteriza por el amor a la Sagrada Eucaristía y a la Santísima Virgen. Durante el tiempo de la persecución tenían misas en los bosques. Si los británicos los llegaban a encontrar los mataban. El amor a la Sagrada Eucaristía todavía inflama la fe de los irlandeses.

De ahí no es extraño que Nuestra Señora eligió Irlanda para el mensaje más Eucarístico de todos. Nada dijo. Ella se apareció y permaneció en silencio con un cordero. Tiempo apocalíptico, tiempo para la Santísima Madre y el Santísimo Sacramento. Ella es Nuestra Señora de Knock.

Fraternalmente tuyo en su Amor Eucarístico.