Por Carolina Coloma, coordinadora.
El 12 de mayo de 2019, hace ya 4 años, la Capilla María Santísima del Hospital Dr. Sotero del Río, pasó a ser la primera Capilla de Adoración Perpetua del país. Este fue el anhelo que Dios puso en el corazón del padre Simone Gulmini capellan del hospital, impulsado por el entonces responsable de la Capilla de Adoración Perpetua de la Parroquia San Esteban, Mauricio Bravo. Desde entonces, Jesús Sacramentado ha sido adorado por muchas personas, que acuden desde distintas partes de Puente Alto para estar con Él, por funcionarios, que ponen en sus manos su jornada de trabajo, por familiares desesperados y angustiados, buscando una luz de esperanza, y por miles de enfermos del hospital, que no pudiendo llegar de manera presencial a la Capilla, lo adoran desde sus camas.
Esto es lo que nos distingue como Capilla de Adoración, que Jesús Eucaristía quiso quedarse en medio del dolor, dando un nuevo sentido al sufrimiento, acompañando a los agonizantes, consolando a los que han perdido un ser querido, y fortaleciendo a los que se esmeran día a día por salvar vidas. Aquí se hacen carne las bienaventuranzas, y los Adoradores se convierten, a ejemplo de Jesús, en buenos samaritanos.
En los inicios no fue fácil encontrar personas dispuestas a ser adoradores perpetuos, sin embargo, el Señor fue tocando corazones que, como María, le dieron su sí. Luego con la llegada de la pandemia y las restricciones sanitarias en los centros asistenciales, fue imposible asistir presencialmente por más de 2 años, por lo que, en este tiempo tomaron mucha más fuerza los “Adoradores itinerantes y a distancia”, con los que cuenta esta Capilla, como son: funcionarios, enfermos y familiares.
Los frutos que ha dado esta Capilla de Adoración son múltiples, desde el milagro de la sanación o de la vida, hasta cosas tan silenciosas e intimas como encender una llamita en un corazón desolado, por lo que nuestro misión continúa, buscando siempre trabajadores para Su viña.