Sor Josefa Menéndez recibió revelaciones durante su corta vida sobre el amor misericordioso de Jesús . En su libro El camino del Amor Divino leemos el siguiente llamamiento a la devoción eucarística:
Es por causa del amor a las almas que estoy prisionero en la Eucaristía. Allí permanezco para que puedan venir con todas sus amarguras a consolarse con el más tierno y mejor de los padres y del amigo que nunca las abandona. Y ese amor que nunca se agota y se consume por el bien de las almas, ¡no encuentra correspondencia…!
¡Ah, pobres pecadores, no os apartéis de Mí! Noche y día, os espero en el Sagrario… No os reprenderé por los crímenes que habéis cometido, no os los echaré en cara.
¡No os dejéis arrastrar por mil preocupaciones inútiles y reservad un momento para visitar y recibir al prisionero de Amor!
Cuando vuestro cuerpo está débil o enfermo, ¿no encontráis tiempo para ir al médico que os ha de curar? ¡Venid, pues, en busca de Aquél que puede dar fuerza y salud a vuestra alma y dadle una limosna de amor a este Prisionero divino que os espera, llama y desea!
Habito entre los pecadores para serles salvación, vida; médico y medicina a la misma vez en todas las enfermedades generadas por la naturaleza corrompida. Como pago, ellos ¡se alejan, me ultrajan y me desprecian!
Y, sin embargo, estoy en el sagrario todo el día esperando. Deseo ardientemente que vengan a recibirme, que me pidan consejo y me soliciten las gracias que necesitan.
Oh, vosotras, almas queridas, ¿por qué sois tan frías e indiferentes a mi Amor? ¿No tendréis un instante para darme alguna prueba de amor y gratitud?
¡Tengo sed ardiente de ser amado por los hombres en el Santísimo Sacramento, y no encuentro a casi nadie que se esfuerce por satisfacer ese deseo y que retribuya ese amor!”
Jesús dirige constantemente estas palabras a cada uno de nosotros… Y desde el sagrario de la iglesia parroquial, donde está encerrado, día y noche, nos hace una afectuosa invitación: “¿No tienes un minuto al día para venir a visitarme?”
[box type=”note” style=”rounded” icon=” “]Fuente: Jesús con Nosotros en la Eucaristía. 2005.[/box]