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La imponente figura de Elvis Grbac sorprende con una sonrisa muy cercana. Esta ex-estrella del fútbol americano de dos metros de altura conoció a los mejores jugadores de la NFL y llegó a ser campeón de la Super Bowl con los San Francisco 49ers en 1994. Grbac triunfó en su carrera deportiva; ahora, como él mismo dice, se enfocó en lo importante.

Aunque Elvis siempre ha sido católico, como cuenta a National Catholic Register, no fue sino hasta hace poco que se comprometió a fondo con Jesús y la Iglesia. Este jugador estadounidense, de Ohio, está estudiando un máster en Teología en el seminario de santa María de Wickliffe, para prepararse como diácono permanente. Además, con ayuda de las enseñanzas de san Pedro, san Atanasio y san Agustín, predica la doctrina cristiana a jóvenes deportistas por todo el país.

 

El joven deportista que alcanzó la fama

Grbac cuenta a su joven público lo mucho que le ha ayudado su formación católica en su carrera deportiva. “Nuestro entrenador en el instituto nos supo transmitir los valores de la religión y el deporte por igual”, cuenta Grbac. “Aunque siempre me he guiado por mis valores cristianos, cuando tenía 20 años solía pensar en el futuro más inmediato, según lo que más me convenía. Ahora enseño que lo mejor es centrarse en el futuro a largo plazo que Dios guarda para nosotros”.

Sin embargo, la vida de Elvis no siempre fue fácil. En 1996 tuvo su primer hijo, al que diagnosticaron espina bífida. En aquel momento se encontraba en San Francisco: “Como es lógico, mis pensamientos se centraban mucho en mi hijo. Al jugar contra los Dallas Cowboys, salí en sustitución de uno de mis compañeros lesionados. Una mala jugada me costó la crítica de la afición y toda la prensa, que publicaba comentarios muy ofensivos contra mí. Al salir a dar explicaciones en las ruedas de prensa, rezaba antes al Espíritu Santo para que guiase mis palabras y no me dejase caer en las provocaciones”.

El poder de la Adoración Eucarística

Grbac menciona también la gran importancia que tiene la Adoración Eucarística para él. “Aunque hay muchos tipos de oración, mi favorita es siempre la que hago delante del Señor”, comenta. Para él, la ayuda recibida en la Comunión ha sido siempre providencial en su carrera deportiva.

“El amor nos impulsa a ponernos humildemente al servicio de los demás, pero ¿hay algo que se acerque a la humilde entrega de Dios en el Santísimo Sacramento? Tanto quiere Él estar con nosotros, que se asemeja a un simple pedazo de pan. Esa es la cosa más increíble en la Tierra, así que me paso de dos a tres horas al menos un día a la semana frente a Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento”, agrega.

Grbac siente una especial devoción por San Pedro. “Tenemos la misma vida, llena de altibajos”, explica. “Pese a que negó a Jesús en varias ocasiones, una sola mirada de Él bastó para arreglar su relación. Al igual que Pedro, yo me siento mirado por Jesús, y aunque no llegaré a ser Papa de la Iglesia, pienso convertirme en diácono para prestarle servicio”.

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Elvis Grbac en compañía de su familia

A la pregunta de cómo consigue llegar a los jóvenes, Grbac responde con una sencilla fórmula: “Normalmente les hablo de Jesús a través del deporte, que es el tema que más les atrae. Una conexión que utilizo siempre de ejemplo es que el catolicismo, al igual que el fútbol americano, es una oportunidad para mejorar o empeorar cada día”.


Fuente: ReL / Elvis Grbac website