Los párrocos Rafael Ramírez y Pedro Pablo Garín son los primeros de la arquidiócesis en implementar capillas de adoración perpetua. Junto a un grupo de laicos y párrocos de otras diócesis, tienen el desafío de ampliar esta instancia con potencial misionero.
“Somos adoradores nocturnos”, dice Andrés Jiménez. Cada domingo, entre las 3:00 y las 4:00 de la mañana, él y su señora acuden a la capilla de Adoración Perpetua de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, inaugurada en octubre de 2013, que está abierta las 24 horas del día.
“Nos acostamos temprano, ponemos el despertador, vamos a adorar y volvemos a acostarnos”, cuenta sobre su rutina de oración nocturna. “Es realmente una maravilla estar conversando con el Señor mientras la ciudad duerme, se puede estar muy tranquilo. Al otro día nos levantamos a las 6:30 sin ningún problema, creo que el Señor nos da la fuerza durante el día”, dice.
Mientras en países como Argentina ya hay 100 y en México 400 capillas de este tipo, en nuestro país solo hay 16 lugares de adoración permanente. En Santiago, además la capilla Cristo de la Bendición, de Lumen Dei, y el convento de las Sacramentinas, a nivel diocesano solo existen en las parroquias Nuestra Señora del Rosario y Santo Tomás de Aquino, que fue la primera en implementarlo en septiembre pasado.
“Ha sido realmente una bendición”, dice su párroco, el padre Rafael Ramírez. “Creo que es el Señor el que hace la obra que yo diría que es más fuerte que la Misión, porque la cantidad de gente que va es impresionante”, agrega.
Espacio misionero
Tanto él como el padre Garín, de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, se reunieron el viernes de 4 de julio con el Cardenal Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, con el objetivo de compartir avances y desafíos en torno a la implementación de este tipo de capillas.

“Nos gustaría apoyar a los párrocos que se quieran sumar”, dice el padre Ramírez, “porque va en la línea de lo que los obispos han pedido, de una Iglesia que propicie el encuentro con Jesucristo. De ahí van a salir todas las demás Gracias. Si la Misión no proviene de ese encuentro, se torna vacía”, afirma.
El sacerdote Patricio Hileman, que fue enviado por el Papa Juan Pablo II con el objetivo de formar mil capillas de adoración perpetua en Latinoamérica, se contactó en 2010 con el obispo de la Diócesis de Talca para invitarlo a ser parte de este proyecto. “A mí me motivó mucho su testimonio y lo invité a que hiciéramos una campaña en nuestra parroquia”, cuenta el padre Garín.
“Gracias a Dios, logramos 400 adoradores solo en ese fin de semana. Entonces me dije: Esto es de Dios. Y nos lanzamos, no sin cierto temor, pero se ha convertido en el fenómeno pastoral más importante de nuestra parroquia, no solamente provocando mayor vida de oración sino que mayor ardor apostólico en la comunidad. Mucha gente ha ido atrayendo a otros hermanos, o sea se convierte en un espacio muy misionero, de encuentro con el Señor, de sanación, de retorno a la Iglesia”, asegura.
El padre Ramírez recuerda que fueron 500 los inscritos en el primer fin de semana en la parroquia Santo Tomás de Aquino. “Los párrocos piensan que no van a tener adoradores, pero hemos visto que la gente sí viene a adorar. Es impresionante la necesidad que tenemos de oración. Hay gente que llega con mucha angustia, porque está en un problema, tiene a su madre que se está muriendo y entonces encuentra la capilla abierta para rezar”, explica.
“Para mí esto es un don de Dios para nosotros y para toda la Iglesia de Santiago”, dice el padre Garín. “No puede ser que esté abierta las 24 horas una farmacia y no así la Iglesia. El desafío es hacer una Iglesia de puertas abiertas, como dijo el Papa Francisco, no solamente para salir al encuentro, sino que también para entrar. Ojalá en otras parroquias se abra esta posibilidad”, agrega el párroco.
Para ello se han estado organizando. Así, junto a un grupo de sacerdotes y laicos católicos, con el objetivo de motivar y apoyar la creación de nuevos lugares de adoración perpetua, crearon el sitio www.adoracioneucaristica.cl, un esfuerzo de coordinación donde se puede encontrar desde guías de adoración hasta mapas de los lugares que hay en todo el país.
“Ahora incluso va mucha gente que no está inscrita durante el día, que va espontáneamente”, apunta el padre Ramírez. “Hay testimonios impresionantes de gente a la que el encuentro con Jesús le ha cambiado la vida, gente que venía mal y que se ha encontrado con que esa hora semanal significa una Gracia tremenda”, agrega.
“El hecho de que esté la capilla siempre abierta es maravilloso, uno sabe que ahí está Jesús esperando”, apunta el padre Garín.
“Lo increíble es que esto se va contagiando”, asegura Andrés Jiménez. “Ahora mi hijo y mi nuera son adoradores. También una cuñada. Realmente el Señor hace maravillas”, dice entusiasmado. “¿Qué le diría yo a los católicos? Que vayan a probar, pero con la fe en Jesús, que le lleven sus problemas, sus angustias, todo lo que quieran conversar con él, y que después vean el resultado”, concluye.
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago
www.iglesiadesantiago.cl