Queridos amigos y adoradores, les proponemos como meditación las palabras pronunciadas por el Papa San Juan Pablo II durante una vigilia de la Adoración Nocturna Española en octubre de 1982: “¡Dios está aquí! ¡Venid, adoradores. Adoremos a Cristo Redentor!” 1. Con estas hermosas palabras el pueblo fiel español canta su fe en la Eucaristía. Me alegré por ello al conocer vuestro deseo de que ... »
Oraciones de inicio cada día • Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, y la Inmaculada Concepción de María Santísima, Madre de Dios y Señora nuestra, concebida sin pecado original en el primer instante de su ser. Amén. • Acto de contrición. Dulcísimo Jesús Sacramentado, en quien creo, en quien espero, a quien adoro y amo sobre todas las cosas; penetrado del más vivo dolor de haber... »
Acto de adoración Vengo, Jesús mío, a visitarte. Te adoro en el sacramento de tu amor. »
Persígnese… Señal de la Cruz Rece una vez: Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras ... »
(De autor anónimo) (Léase reposadamente, con las pausas que le sean necesarias para meditar. En Adoración Eucarística comunitaria un lector o voz en off puede ir leyendo una a una) »
Señor Jesús: Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos. «Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de Dios» (Jn. 6,69). Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión y donación de todo lo que eres. Aumenta nuestra Fe. Por medio de ti y en el Espíritu Santo qu... »
Ángeles del cielo, que rodeáis el Santo Tabernáculo del Altísimo, me uno a vosotros en los homenajes y adoraciones que rendís día y noche a Jesús Sacramentado. Quisiera amarle con un amor tan puro, tan verdadero, tan ardiente como el vuestro; pero soy tan ruin y pecador que nada puedo hacer que sea digno de su Divina Majestad. »
¡Oh Jesús de mi alma, encanto único de mi corazón!, heme aquí postrado a tus plantas, arrepentido y confuso, como llegó el hijo pródigo a la casa de su padre. »
Oh Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, aquí presente en el Santísimo Sacramento del altar, creo todo lo que Vos, mi Señor, me habéis revelado. Arrepentido de todos mis pecados, »
