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[notification]El sacerdote argentino Patricio Hileman es misionero de la Adoración Eucarística. En 2013 concedió una entrevista al sitio católico “Portaluz” reflexionando sobre el crecimiento de esta devoción entre los católicos que buscan permanecer fieles a Dios. El mismo sitio ha publicado recientemente material inédito de aquella entrevista, que por su interés compartimos aquí:[/notification]

 

Padre Patricio, ¿por qué la Iglesia tiene que adorar?

Padre Patricio Hileman: Esto, la Adoración, no se hace por beneficio personal, sino porque se le debe a Dios. Es el primer mandamiento. El milagro más grande de la Adoración Perpetua en la Iglesia Católica, es que Jesús sea adorado de día y noche, y se le dé el lugar que finalmente se merece, después de todo lo que ha hecho por nosotros. El Padre crea al hombre, el hombre se aparta de Dios, el Padre manda a su Hijo para salvar al hombre y el hombre crucifica a Jesús y después Jesús se queda en los sagrarios para siempre con nosotros, sólo y abandonado como un prisionero, por amor.


¿La Adoración Eucarística es entonces un regalo que posibilita conocer a Dios?

P. Hileman: Es el secreto de la vitalidad de la Iglesia, de que seamos como dice el Papa Francisco, discípulos y misioneros. Francisco fue elegido Papa por algo que él escribió y que el cardenal de La Habana publicó. Le preguntaron a los cardenales (antes de la elección) cómo tenía que ser el próximo Papa. El cardenal Bergoglio dijo: “Un hombre que contempla a Jesucristo, que adora a Jesucristo en el Santísimo Sacramento y que lleve a la Iglesia a salir de sí misma a las periferias existenciales”. Entonces, lo que el Papa pide para el Papa, es lo que el Papa pide para la Iglesia. Que seamos adoradores y misioneros. Se adora para aprender qué implica amar… La Adoración es estar con el Amado, con Jesús. Aprender a descansar. “Vengan a mí los que están afligidos y agobiados, que yo los aliviaré”: Jesús te llama, el Padre nos regala a su Hijo y quiere que lo recibamos, que estemos con Él, nos dejemos amar por Él, nos dejemos llenar con su Espíritu Santo para que luego podamos ser discípulos y misioneros, y anunciar esta buena noticia.


¿Y la dimensión comunitaria, solidaria, del amar?

P. Hileman: Por supuesto: primero, es un lugar donde aprendemos a descansar y a dejarnos amar por Dios. Segundo, aprendemos a amar a Dios como Él merece ser amado en persona, donde Él está realmente presente. Y tercero, es la capilla de la divina misericordia donde estamos intercediendo las 24 horas al Padre, con Jesús al Padre, pidiéndole misericordia por el mundo entero.


¿Cómo se llega con este mensaje a católicos que están alejados de la Iglesia?

P. Hileman: Adorando. Es una gracia para estos tiempos. Es un llamado de la Virgen, es un pedido de la Virgen. Porque toda la misión de María es esa, llevarnos a Jesús para que comulguemos a Jesús, adoremos a Jesús, para que llevemos a Jesús a nuestros hermanos.

La adoración es lo más simple. Jesús es la persona más fácil con quien relacionarse, con quien entrar en contacto. En esa hora santa, los adoradores pueden simplemente rezar el rosario, que es amar a Jesús con el corazón de María, que es una manera extraordinaria de comenzar la hora santa; pueden leer la Palabra de Dios, la presencia de Jesús y pedirle que nos explique, nos inspire su palabra, o pueden simplemente sentarse y charlar con Él, como un amigo, de corazón a corazón; o simplemente sentarse a descansar y a disfrutar de la paz de Aquel que más te ama y te dice “deposita tus preocupaciones en mi corazón, porque yo verdaderamente me preocupo de ti”. ¡Si la adoración es lo más fácil que hay como oración!: es estar con Jesús. Puedes venir con tu libro de adoración para que te ayude, pero siempre recomendamos que por media hora estén mirando la hostia, nada más.


¿Dónde están los fundamentos en el Evangelio que respaldan la Adoración Eucarística?

P. Hileman: Los adoradores son elegidos porque son pequeños. “Te alabo padre y te bendigo, porque le ocultaste estas cosas a los sabios, a los inteligentes y se las revelaste a los pequeños”. Hay que ser pequeño. Los elegidos de Dios que oran ante El día y noche. “Yo les aseguro que muy pronto les hará justicia”… Y después en el Apocalipsis [están] “los ancianos”: Juan tiene una visión de lo que va a suceder en el futuro y lo que ocurrirá es que habrá una capilla de adoración perpetua. Los 24 ancianos se sacan la corona, se postran delante del Cordero y lo adoran día y noche, sin interrupción. Y los ángeles comienzan a cantar: “Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios todopoderoso. Digno es el Cordero de recibir el honor, la gloria y la alabanza”.

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Van Eyck: La Adoración del Cordero Místico (Políptico de Gante, detalle)

Eso es lo que Dios quiere. Cuando la tierra se abra a lo que se hace en el cielo, entonces vendrá la paz a los hombres. “Que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo”. En el cielo adoran día y noche a Jesús. Cuando la tierra adore a Dios, vendrá la paz a los hombres. ¿Por qué hay tantos milagros eucarísticos? Porque Jesús les está diciendo que está vivo, realmente presente, cuerpo alma, sangre y divinidad. ¿Y por qué hace los milagros eucarísticos? Para que vayamos a estar con Él.


Fuente: Portaluz.org