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El pasado 13 de junio en Chile la extensión del contagio por coronavirus estaba en su apogeo y así se vería reflejado en las cifras oficiales que se difundieron al día siguiente. Pero ese mismo día 13, un grupo de laicos, sacerdotes y obispos, animados por la iniciativa devocional Misión Fátima Chile, convocaron a una “Jornada Nacional de Reparación”.

Es propio de todo cristiano, según enseña el Papa Francisco —en coherencia con la Tradición de la Iglesia y los dichos de Jesús—, saber “discernir los signos de los tiempos para tomar las decisiones que nosotros debamos tomar en cada momento”.

En efecto, es el propio Señor Jesucristo quien invita a saber “explorar” los signos de los tiempos: para conocer cuándo Él ha de venir (cf. Lc 12,54-59) y asimismo para reconocer los hechos en los cuales se manifiesta Dios en su omnipotente misericordia.

Para estar seguros de que es Dios quien habla a través de estos “signos”, su interpretación debe ser coherente con la Palabra revelada y enriquecer las verdades que profesa la fe de la Iglesia. Por ello el Papa Francisco enseña que “para entender los signos de los tiempos es necesario el silencio, la oración y la reflexión”.

El hombre de fe reconoce en los “signos de los tiempos” la intervención de Dios y la comunica, en orden a colaborar a la salvación de las personas; como asimismo buscando encarnar los valores del Reino de Cristo hoy y aquí.

El signo

El pasado 13 de junio en Chile la extensión del contagio por coronavirus estaba en su apogeo y así se vería reflejado en las cifras oficiales que se difundieron al día siguiente. Pero ese mismo día 13 —con ocasión de celebrarse el aniversario 103 de la segunda aparición de la Virgen en Fátima— un grupo de laicos, sacerdotes y obispos animados por la iniciativa devocional Misión Fátima Chileconvocaron a una “Jornada Nacional de Reparación”, confiados a la mediación de Nuestra Señora del Rosario de FátimaAlrededor de veinte mil fieles se unieron por Streaming desde todas las diócesis del país sudamericano, en 10 horas de Adoración Eucarística continua, para “reparar espiritualmente las consecuencias de los pecados de indiferencia a Dios y al prójimo”.  Estaban convencidos que Nuestra Señora del Rosario de Fátima llevaría ante su Hijo Jesús esas oraciones y actos de adoración.

Al día siguiente las cifras de contagio del Covid 19 comenzarían a descender en Chile (sin retroceso), como lo muestra la siguiente gráfica de Worldometer en base a las cifras oficiales del país sudamericano. ¿Un signo de los tiempos? ¿Una señal del amor de Dios en respuesta a esa Jornada de Adoración? O solo ¿Una feliz coincidencia?

“«Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»” (Mt. 18, 19-20).


Fuente: Portaluz.org